Que los políticos son corruptos, que los contratos estatales se manejan a manera de trueque, que los puestos públicos se canjean sin pudor, que la política es un pastel al que le sacan tajadas, que la salud es un sistema de muerte, que los partidos políticos están pervertidos, que son unos acomodados, incoherentes y vendidos, que la seguridad ya no existe, que los impuestos nos invaden, que ninguna propuesta ofrece lo que el país necesita, que las instituciones están llenas de “mermelada”… Puede que todo esto sea verdad, pero… ¡Hay que votar!