¡Para qué Navidad!
Autor: Pbro. Julián Loaiza Henao
- diciembre 9, 2022
Se han encendido las luces que indican que está próxima la Navidad, en medio de un mundial de fútbol y una Ciudad que vive la pasión por los logros de su equipo local, despertando sensaciones de alegría y esperanza.
Hablar de fútbol en la religión genera muchas curiosidades. Recordemos la imagen del mundial del año 2014, cuando se enfrentaron en la final Alemania y Argentina, y se proyecta la imagen del Papa Francisco (argentino) junto al Papa Benedicto (alemán) en una aceptable competencia.
El mundial genera una gran expectativa por diferentes motivos, uno de ellos, es estar atentos ante quien podrá ser el finalista; así mismo, durante el desarrollo de la competencia, viene la admiración de las jugadas, la esperanza de ganar, la formación de los equipos y del apoyo a su equipo favorito.
Adviento es vivir la esperanza, preguntémonos ¿cuál es mi esperanza? ¿qué es lo que yo espero? ¿De qué manera experimento la ayuda de Dios?
El Papa Francisco dirigió un mensaje a los futbolistas e hinchas en Qatar, donde mencionó “que ese evento sea ocasión de encuentro y armonía, favoreciendo la fraternidad y la paz entre los pueblos”
San Pablo hace referencia al deporte cuando habla que los atletas corren por una corona que se marchita, el cristiano lucha por una que no se marchita (1 Cor. 9,24)
Estas palabras tienen un eco en nuestras familias que tienen tradición de fe en Navidad, fecha para que reflexionemos y hagamos profundos cambios en nuestra vida, tengamos esperanza frente a las circunstancias actuales de la sociedad, nos reconciliemos con el prójimo para hacer ver al Dios humano que acompaña los
procesos de vida de las personas, para seguir construyendo la civilización del amor, para vivir los valores de honestidad, fidelidad, respeto y apoyo mutuo.
En esta Navidad dejemos que el Niño de Belén nazca en nuestro corazón, con Él la vida sabe diferente, se vive con más optimismo y fortaleza, se ven los milagros y las bondades de las personas.
Si Dios habita en nuestro interior, podré ser un mejor docente, un mejor profesional y un gran ciudadano, empresario, comerciante, emprendedor y luchador porque vivo la Navidad en el corazón.
Por eso pidamos a Dios que en esta Navidad se pueda superar el individualismo, la corrupción y la violencia y pasemos la bola de la paz y la humildad para así meter el gol de la felicidad y de la convivencia social que tanto anhelamos en la vida.
*Coordinador Pastoral Universitaria