TERREMOTOS EN JAPÓN Y ECUADOR: DIFERENCIAS
Autor: Padre Diego Arcila Vélez
- abril 28, 2016
Es evidente que todos nos solidarizamos con las víctimas y con las naciones que sufren las consecuencias de los fenómenos naturales. Los temblores, los terremotos, maremotos y demás desastres ambientales responden a circunstancias propias de acomodación de las capas tectónicas, que en ocasiones se han ido acelerando por el mal cuidado que los seres humanos estamos haciendo de lo que el Papa Francisco ha llamado “nuestra casa común”.
Con relación a los últimos acontecimientos sufridos en el Japón y el Ecuador casi de manera simultánea, quisiera que pensáramos que puede tratarse de un mismo fenómeno natural pero que en el momento de enfrentarlo y vivirlo se vuelven diferentes, especialmente cuando se trata de la prevención, de la cultura que tenemos ante los desastres y del volver a “resurgir de entre los escombros” como lo estamos viendo y lo están viviendo las dos naciones.
En Japón dicen que tiembla todos los días, en Ecuador no, aunque seamos un continente que en sus laderas y montañas apenas se forma. Japón seguramente no será el modelo de los mejores países en algunos aspectos, pero evidencia que ante estos fenómenos cada vez más están preparados con directrices bien trazadas que incluyen las características de sus edificaciones, pasando por la cultura de prevención, mitigación, enfrentamiento del suceso
y una política “robustamente” económica para salir prontamente de la desgracia.
En el caso de Ecuador, apenas se vislumbra como casi en todos los países latinoamericanos- incluyendo el nuestro- modos y estrategias para enfrentar situaciones tan limitantes e impredecibles. Japón arrojó sólo 49 víctimas, unas edificaciones apenas averiadas y una muy clara actitud de pronta respuesta por parte de sus habitantes y de su
gobierno ante semejante “susto”.
Ecuador lleva casi 677 muertos, más de 800 desaparecidos y una infraestructura literalmente hecha “polvo”, y el desespero y la desazón de todos los que quedaron sin nada.
¿Estaremos listos para esto nuevamente?, ¿hemos avanzado en políticas de prevención, mitigación, supervivencia y pronta respuesta ante estos sucesos?, ¿cómo estamos edificando en la cuidad, con el mismo desorden, sin planeación y estructura técnica y arquitectónica requerida?, ¿son nuestros gobernantes conscientes de la educación y formación de los ciudadanos y de la pronta respuesta que deben dar ante un suceso que nos puede sorprender? Atentos.
*Rector Universidad Católica de Pereira