PODERES
Autor: Padre Diego Arcila Vélez
- marzo 9, 2017
“Has de saber amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las ínsulas o reinos que ganaban; bien podría ser pues, que antes de seis días ganase yo tal reino, que tuviese a otros a él adherentes que viniesen de molde para coronarte por rey de uno de ellos”, así escribe Cervantes en la muy famosa “promesa” del Quijote a su fiel escudero y que describe de manera clara un tema de poder, un problema de poder.
Ciertamente hoy el discurso en muchos escenarios de la Ciudad es de poder. Trátese del político, público o privado. La discusión de nuestros gremios, empresas, sindicatos, movimientos sin ánimo de lucro, personas naturales o
colectivos, gira en torno a la manera cómo vamos a dominar y a ejercer el mando, muchas veces por vocación, otras por los “jugosos” intereses económicos o simplemente por facilitar los medios oportunos y éticos para que todo transcurra de la mejor manera posible y redunde en bien de los que son gobernados.
La frontera que se mueve en el ejercicio del poder está centrada entre lo que es verdadero y lo que es falso. Se ejerce el poder para servir, afirmaba Platón en su República; se sirve porque se puede y se tiene la capacidad para controlar y ejercer el bien común, eso es lo verdadero; lo falso es que se use el poder para dominar, saquear, desequilibrar lo que es justo y en el peor de los casos para corromper y hacer corruptos a los demás. El poder si no es asumido en sus justas proporciones, envilece y entorpece los valores y la sociedad.
Se dice hoy en Pereira que se están “vendiendo” poderes, que se están “persiguiendo” poderes y lo más preocupante, que se están “negociando” poderes. ¿Quién dice la verdad?, ¿por qué se persigue el poder de esa manera?, ¿qué tiene ese poder que seduce y atrapa tan desesperadamente?.
Querido –Sancho-, la legitimidad del poder radica en que se ciña a unas normas sociales, políticas o éticas aceptadas por todos. Cuando dichos principios no son respetados, entonces debe hablarse de abuso de poder o dominación.
El abuso de poder tiene un antídoto, la voz de los ciudadanos, la palabra de los hombres y mujeres de bien que habitan Pereira, que no quieren, ni aguantan más que se repartan de manera estratégica, perversa y dañina nuestras instituciones, gremios y espacios sociales. Ellos nos pertenecen a todos los ciudadanos.
*Rector Universidad Católica de Pereira