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No se requiere que me pegues

Autor: Julia Castaño González

La conmemoración del día de la mujer, este año, especialmente, estuvo cargada de significado y emotividad. Los diarios acontecimientos de feminicidio que vive el país son alarmantes, dice la Procuraduría General de la Nación que estos pasaron de contabilizar 182 en 2020 a la preocupante cifra de 614 en 2022. Se lee en Noticiasrcn.com que, en lo corrido de este año, se cuenta una mujer asesinada por día.

Sobre lo que no hay estadísticas es de las diferentes manifestaciones machistas que se presentan día a día, que violentan, pero son ignoradas o toleradas porque hacen parte de nuestra cultura, de nuestro diario vivir, de nuestra cotidianidad, por tanto son consideradas “normales”; a estas manifestaciones, Luis Bonino las denominó micromachismos explicados por Magaly Benalcázar-Luna y Gina Venegas como “cotidianas agresiones machistas de baja intensidad, sin secuelas o evidencia física, cometidas tanto por hombres como por mujeres, y que no son
cuestionadas debido a la naturalización de los esquemas inequitativos de género”.

Los ejemplos son interminables, los molestos “piropos” que debemos soportar las mujeres en diferentes entornos, los estereotipos creados por la publicidad, el cine y los medios en general, los chistes sexistas y las frases de doble sentido, la distribución de tareas o roles específicos para las mujeres y para los hombres, la
inseguridad percibida en ámbitos como el transporte público, la plaza de mercado o la calle y tantas otras muestras de machismo y subordinación que vivimos desde la niñez, considerando que nuestras abuelas y madres, sin ánimo de dañar, generaron muchos de los esquemas mentales que, hoy por hoy, plantean un panorama social de violencia de género.

“Usted como mujer, debe hacer las tareas domésticas, debe tener lista y correr a servirle la comida a su esposo cuando llega de trabajar, encargarse de los hijos, pedirle permiso para salir, obedecer…”, “usted, siendo mujer ¿cómo no va a tener hijos?”, “qué bruta para manejar, tenía que ser mujer”, “por vestirse así, le pasó lo
que le pasó”, “sino se casa antes de los 30 se quedó para vestir santos”, “como usted es mujer, su sueldo es menor”, “de seguro la cerveza es para él y el agua para ella”, “si la mujer dice no, esto quiere decir si”, “rosa para las niñas, azul para los niños”, “dice lo que piensa, está loca”, “el disfraz de la niña debe ser de princesa y el del niño de hombre araña”, “qué lindo tu marido, te ayuda en las labores de la casa”, “lloras como una niña, sé hombre”, “mesa, mesa, mesa que más aplauda, le mando, le mando, le mando a la niña”

… No hace falta que me pegues…

*Docente Universidad Católica de Pereira

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