MOVILIZARNOS A FAVOR DE LA VIDA
Autor: Universidad Católica de Pereira
- noviembre 10, 2015
La sociedad es cada vez más consciente de la necesidad que tenemos de respetar y de promover la vida en todas sus manifestaciones desde la humana hasta la animal y vegetal, en lo que el Papa Francisco llamó “ecología integral”, concepto que cada vez se hace interesante para los que trabajan y defienden el medio ambiente.
Lo paradójico es que ante este interés que es de todos, la vida humana se vea tan amenazada por hombres y mujeres que desde sus profesiones y posiciones, se vayan lanza en ristre contra ese principio universal del derecho a vivir y a desarrollarse.
Libres pensadores, abogados, profesores, políticos, estadistas y fiscales como el de Colombia, que esta semana colocó nuevamente el tema, -que más bien parece una cortina de humo para que olvidemos sus “oscuras” contrataciones con una tal Natalia Springer – diciendo que el aborto debe ser aprobado en todas sus modalidades y despenalizado del todo.
La vida es un don sagrado, vivir es un milagro maravilloso, es la gran opción y la más alta de las dignidades, es un derecho al que todos absolutamente todos pueden y deben acceder.
Las muchas condiciones sociales, políticas, estructurales y económicas no pueden apagar este principio sublime que supeditado a intereses egoístas y mezquinos pone por encima las decisiones de los mayores sobre la de los niños o niñas que desde el momento mismo de su gestación no tienen como defenderse.
Abortar será siempre un crimen mayúsculo y premeditado que se convierte en la vía de escape más expedita para que los gobiernos no rindan cuenta de sus acciones en pro del desarrollo, para que los educadores no sembremos valores y respeto por la dignidad humana, para que la promiscuidad y la vida sexual de los jóvenes se distorsione y se vuelva facilista y sin responsabilidad, y para que el amor no surja y se proyecte como el único medio para gestar la vida.
Abortar o por lo menos apoyar esta práctica se ha convertido hoy por hoy en un negocio vulgar de unas ONGS y de unos “defensores” sin oficio que como el Fiscal General de la Nación nos coloca frente a la ambigüedad: ¿ es la vida o no el derecho más soberano?
