La salud mental del cuidador primario: una corresponsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado.
Autor: María Claudia Martínez Arboleda
- marzo 14, 2025
La salud mental de los cuidadores primarios es un aspecto que a menudo se pasa por alto. En Colombia, como en muchos otros países, los familiares que cuidan a personas con discapacidades o trastornos neurológicos enfrentan un desafío con requerimientos a nivel físico, emocional y psicológico en ocasiones desbordantes y de grave afectación al bienestar y calidad de vida del cuidador.
Las alteraciones neurológicas en el desarrollo, como el autismo, el síndrome de Down, la parálisis cerebral y otros trastornos, requieren atención continua, no solo física sino también emocional, además de la gestión de comportamientos complejos. Este esfuerzo constante ubica a los cuidadores en una situación de estrés elevado y de riesgo potencial a su estabilidad y salud mental.
Al respecto, uno de los problemas más comunes es la sobrecarga emocional. Los cuidadores frecuentemente experimentan síntomas relacionados con percepción de agotamiento, ansiedad, depresión y aislamiento. La falta de tiempo personal, la presión por cumplir con las exigencias del cuidado y la incertidumbre sobre el futuro de la persona que cuidan, generan una carga emocional significativa. Esta sobrecarga no solo afecta la salud mental del cuidador, sino también su capacidad para ofrecer una atención adecuada, amorosa y de calidad humana a la persona a su cargo.
De allí la importancia del apoyo emocional y de la psicoeducación dirigida a los cuidadores primarios. La formación en técnicas de manejo de estrés y autocuidado resultan esenciales; así como el aprendizaje en torno a la identificación de señales de agotamiento y su respectiva gestión mediante terapias, grupos de apoyo o programas comunitarios en perspectiva del debido procesamiento de sus emociones y pensamientos, de la posible reducción de la ansiedad y del fortalecimiento de su resiliencia. Además, es fundamental que los servicios de salud y las políticas públicas reconozcan la necesidad de atender la salud mental del cuidador. En muchos casos, los programas de atención a personas con alteraciones neurológicas no incluyen el apoyo directo al cuidador, lo que agrava aún más la situación.
Es necesario ofrecer recursos accesibles y adecuados para que los cuidadores primarios puedan recibir la ayuda que necesitan y merecen.
En conclusión, la salud mental del cuidador es esencial para asegurar una atención adecuada a las personas con alteraciones neurológicas en el desarrollo. La sociedad y el sistema de salud deben reconocer la importancia de este aspecto y brindar las herramientas necesarias para apoyar a quienes, con tanto esfuerzo, cuidan a sus seres queridos. Cuidar al cuidador beneficia tanto su bienestar como el de la persona que depende de su atención.
*Docente Universidad Católica de Pereira.