LA POBREZA COMO BANDERA DE CAMPAÑA POLÍTICA
Autor: Pbro. Escinjahuer Pedroza Robledo.
- enero 12, 2018
El desarrollo es un tema en auge en la actualidad. Aunque se reflexiona profundamente en su significado, parece que todavía no logra desligarse, de una manera sana, de la idea de “progreso económico” de tal manera que, para
muchos, desarrollo es sinónimo de bienestar económico, casi dejando de lado los otros aspectos del ser humano que lo definen y le dan identidad.
Como consecuencia de lo anterior, se definen políticas públicas en orden al progreso económico y dimensiones del desarrollo humano, como la educación, la cultura, el desarrollo de las capacidades, quedan puestas al servicio del
crecimiento económico, más que al servicio del crecimiento humano.
Centrado todo en el bienestar económico, se toma la pobreza (definida por el capitalismo como carencia de bienes materiales) como bandera de campañas políticas redentoristas que dicen tener los métodos para combatirla, ya que según el modelo neoliberal, lo contrario a la pobreza es la acumulación de bienes. Así los políticos prometen hacer “la guerra a la pobreza”, para que todos tengan muchas cosas y lo único que sucede es que se acaba cosificando al pobre, usándolo y manoseándolo y se le termina acusando de ser el generador de la violencia, el
crimen y la desestabilidad social.
Cuando se ha dado tratamiento a la pobreza para supuestamente disminuirla, ha devenido lo contrario: se ha dotado de un estigma a las personas, se les llama “pobres” y ellas mismas se convierten en objeto de tratamiento: desde la esterilización masiva de mujeres pobres, campañas de planificación familiar anticonceptiva y contraceptiva, marginación de grandes segmentos poblacionales, hasta las limpiezas sociales justificadas por la necesidad de combatir el mal y el crimen; incluso hasta la investigación científica ha usado a los pobres para buscar avances farmacéuticos y de salud (caso Tuskegee-Alabama).
En fin, en las campañas electorales los pobres estarán de moda y como siempre al final de un mandato presidencial los pobres poco habrán ganado. Alguien dijo un día que un plan de gobierno no puede acabar con los pobres porque tiene que dejarles pobres a los siguientes candidatos presidenciales.
La pobreza se ha sistematizado porque así conviene a muchos. Se ha dejado de pensar en las personas para pensar en la producción, la acumulación y los intereses de los mercados.
Se acerca el tiempo de la politiquería electoral y seguro muchas banderas de redención de la pobreza serán enarboladas, pero al ciudadano de a pie jamás le cumplirán y seguirá siendo pobre, maltratado y usado.
*Vicerrector de Proyecto de Vida de la Universidad Católica de Pereira