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EMPATÍA: IMAGINAR A LOS DEMÁS

Autor: Catalina Londoño Gómez

La empatía es una habilidad cognitiva y emocional del ser humano que permite conectar con lo que otra persona siente, ver las cosas desde su punto de vista e imaginarse en su lugar. Para lograr ser empáticos es fundamental hacer uso de la imaginación. La imaginación antecede a la empatía y es la que nos permite proyectarnos en la situación de la otra persona y experimentar su sentir; nos hace compasivos y respetuosos y estimula la búsqueda de formas de ayudar a suplir necesidades.

Los conceptos planteados son un referente para compartir una anécdota durante una de mis clases de desarrollo humano. La actividad propuesta era vivencial y buscaba generar en los jóvenes reflexiones sobre la importancia de la empatía para comprender problemáticas sociales actuales, pero terminó tomando un giro inesperado y sorpresivo para mí. La anécdota sobre el ejercicio es la siguiente:

Cada estudiante de manera anónima, debía escribir en media página alguna situación triste, dolorosa o impactante que hubiese vivido y que no tuviera reparos en compartir. Una vez terminados los escritos, cada uno debía doblarlo e introducirlo en una bolsa común para luego con ayuda del azar, sacar una de las historias .

El ejercicio, básico pero constructivo, requería que el lector, una vez leída la historia en voz alta, tratase de identificar y expresar el sentir de su compañero ante la situación expuesta: “ No sabría qué decir, porque nunca he estado en la situación de esa persona para saber qué se siente”. Me quedé en silencio ante la contundencia de la respuesta y le pedí a otra estudiante que continuara con el ejercicio: “Profe, mis papás no se han separado
nunca, entonces cómo voy a saber qué se siente. Le pedí que tratara de imaginarlo y ella contestó “solo puedo hablar de lo que yo siento”. Varios jóvenes comentaban entre ellos que sus compañeras estaban en lo cierto.

Con gran asombro ante la negativa para imaginar, decidí cambiar el rumbo de la actividad, mientras me hacía algunas preguntas: ¿Cómo es posible que no puedan imaginar? ¿Realmente les cuesta imaginar o es desinterés? ¿Cuándo y dónde usan la imaginación? ¿Necesitan ayudas para imaginar? ¿Cuáles son los obstáculos que interfieren su capacidad imaginativa?

Pese que la experiencia funcionó en otros grupos, lo ocurrido me hizo consciente de la fragilidad de la imaginación, de su posible deterioro y del deber de enseñar a valorarla y entrenarla. Si no cultivamos la imaginación en nuestros estudiantes, no habrá empatía, y sin empatía no será posible avanzar como especie.

La empatía se logra imaginando a los otros y si dejamos de lado la imaginación el poder de crear y transformar desaparecen.

Docente Universidad Católica de Pereira

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