El deseo del capitalismo actual y el papel de la juventud
Autor: Carlos Andrés Hurtado Díaz
- julio 19, 2024
El deseo del capitalismo implica dos aspectos simultáneos: el primero, exige la circulación del capital que, continúa y astutamente, empuja a un simulado encuentro con el bienestar y plasma una impronta de explotación, transgresión y destrucción de la naturaleza. En segunda instancia un núcleo de exigencias ecológicas, para el futuro y la supervivencia, que, de manera paradójica, conducen a la expansión del
capitalismo que argumentan derrotar. Aquí, la denominada conciencia ecológica termina siendo un deber pervertido; deber que realmente defiende las ideas modernas de desarrollo y progreso, alineadas con el capitalismo.
Por tal, es que hoy, el deseo del capitalismo incita a sostener un sistema de apariencias. Sistema que Zizek declara pervertido, que se inserta, cada vez, desde más temprana edad. Niños, niñas y jóvenes convierten por ejemplo sus cuerpos y su sexualidad en un nuevo objeto, repleto de exquisitez, donde el goce es una
obligación perversa. Es cotidiano evidenciar la profanación de lo sublime y la erosión del otro. Han sitúa de la siguiente manera: “El capitalismo intensifica el progreso de lo pornográfico en la sociedad, en cuanto lo expone todo como mercancía y lo exhibe. No conoce ningún otro uso de la sexualidad. Profaniza el Eros para convertirlo en porno. El mundo adquiere rasgos cada vez más marcados de desnudez y obscenidad.”
Contemplamos silentes la entrada victoriosa del capitalismo en la sociedad. Bajo su orden racionalista, pretende dominar al mundo y a todos los que lo habitamos. Un mundo estéril y reducido al pantanoso campo de lo tecnocientífico. Se incrusta en un ámbito estrechamente relacionado con grandes metadiscursos, a saber; la
filosofía metafísica con el hegemónico positivismo y el neoliberalismo. ¿Qué espera la tierra y el mundo entonces? Seguramente el papel protagonista de la juventud; debemos comprender que el supuesto desinterés juvenil en lo social y político traza un trasfondo, el no creer en la política debe entenderse, pero en aquella que es
definida desde lo tradicional: relación Estado-sistemas de partidos; organizaciónparticipación; ir y depositar un voto. Ellos no creen en estas democracias. Ahora se requiere pensar sus prácticas desde otra dimensión de lo político, repensarlas y desde allí ver otras vías alternativas, que comprometan su voz.
Los jóvenes muestran interés por los temas ecológicos, ambientales, los derechos humanos, lo indígena, todos son temas que tienen que ver con preocupaciones sociales que son importantes para ellos, y por supuesto, para el mundo entero, es desde allí que debemos comprender y apoyar el papel de juventud.
*Docente Universidad Católica de Pereira.