CUENTO VIEJO

Autor: Padre Diego Arcila Vélez

La Semana Santa que acaba de pasar, la muerte del gran Martín Elías, las vacaciones de muchos, el fútbol de la Champions League, entre otros, nos envolataron el tremendo escándalo suscitado por la contratación corrupta que se hizo en los Centros de Atención del Anciano (CAA), por parte de la Secretaria de Desarrollo Social y Político de la Alcaldía de Pereira.

Es cuento viejo y bien contado que muchas de estas prácticas ya son usuales en el mundo de lo público desde hace muchos años. Si mal no recuerdo varios de nuestros ilustres políticos se hicieron a punta de la explotación de nuestros ancianos y niños, abrieron sendos “centros de la tercera edad” donde ofrecían diversión, un poco de
ejercicio, artes plásticas y lúdicas y sobre todo había una manipulación de marca mayor en torno a las familias y amigos, casi todos de estratos socioeconómicos bajos que ilusionados por el “cuidado” que les daban, ofrecían todo, especialmente sus voticos en tiempo electoral. Fueron muy famosos los de Dosquebradas, luego en Pereira y en algunos de nuestros municipios.

La Contraloría, la Personería y hasta la Fiscalía nos informaron que algo estaba pasando mientras rezábamos, ya que lo recaudado por la estampilla pro vida, unido al manejo de unas contrataciones estaba vulnerando una vez más a nuestros queridos ancianos, pasamos de costos mensuales de $800.000 a $1.200.000, sin atención geriátrica, ni psicológica y nutricional.

Además, se les realizaban cortes de cabello y arreglo de uñas por $129.400 –ni que tuvieran pelos de ángel-, que cada uno consumía una tonelada de comida por semana – ni lo que come el elefante de Ukumari-, entre otros hallazgos, todos ellos denigrantes.

Lastimosamente muchos programas como Familias en Acción, la asignación de subsidios de vivienda, el ICBF con los almuerzos para los restaurantes escolares, entre otros, son repartidos como cuotas de los políticos corruptos que los usan para estar en el poder en sus departamentos, municipios y comunas, por demás injusto y vulgar.

A los ancianos hasta los llevaban a conocer el mar. Recuerdo que en una de esas “interesadas” expediciones una de ellas perdió su prótesis dental mientras tomaba un baño, no pudo rescatarla, volvió a su ciudad con su boquita como la de un pajarito, quiso reclamar que se la devolvieran y por supuesto el político le dijo “¿no le bastó con que la hubiera llevado?”. Por favor, señor político devuélvasela, no sea injusto, corrupto, infame.

*Rector Universidad Católica de Pereira

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