¿Y qué tal si te reconozco?
Autor: Jhon Wilmar Toro Zapata
- febrero 17, 2023
Existen tradiciones filosóficas que acompañan la reflexión del hombre a través de los tiempos. Una de ellas se le conoce como la escuela de Frankfurt, donde busca presentar el reconocimiento el cual circunda en la idea de reivindicar al otro, al ser humano en los escenarios sociales, comunitarios, familiares con la idea de devolver al individuo cuestiones que se pudieron ir marginando y que son de valioso aporte para el desarrollo humano de cada persona.
Esta idea de reconocer se defiende por Axel Honneth y por todos aquellos que siguen su línea para reivindicar de manera contextual y al unísono el ser humano social y moralmente. Para ello se propone revisar tres dimensiones: la afectiva en la cual actúa de manera interna para que cada uno se pueda revisar en sus alcances y limitaciones, también sus miedos y fracasos y con ello, fortalecer la autoconfianza; en la segunda se revisa el derecho para que pueda, desde el exterior y con la ayuda del otro, ser reconocido y lograr el autorrespeto, la autorrealización, la autonomía y lo afectivo.
En esta segunda dimensión debe intervenir el Estado como garante de derechos, y muchas veces margina, dando origen a las luchas las cuales se pueden hacer de manera interna con los conflictos que cada uno pueda llevar y externa para exigir aquello que le fue negado con el fin de ocupar el lugar que le corresponde socialmente, ni más, ni menos. En la tercera, se aborda la dimensión solidaria, existe un ejercicio complementario en el que la persona revisa su interior, pero también su exterior y se presenta ante el otro para brindarle una mano, una ayuda y desde allí revindicar y reivindicarse en ayuda al otro y desde allí recuperar el tejido social y pedir que se
reconozca.
Esto es lo que dice la teoría; pero ¿Qué dice la práctica de cada uno de nosotros? ¿Qué tal si cada uno llevamos nuestros propios conflictos y sentimos que falta algo para estar plenos desde lo afectivo y que busca desde el derecho luchar para que se cumpla? ¿Qué tal si cada uno empezamos por devolver al otro lo que se merece para que pueda ayudarse y a la vez ayudarme? Frases en la familia como: te amo, te felicito, ánimo tú puedes, te lo mereces, cuestiones que pueden dar tanto ánimo como impulso para seguir luchando para lograr su proyecto, ¿qué tal si empezamos a ser más empáticos con las necesidades del otro y miramos si desde nuestras posibilidades podemos servir? Pensando en la reconstrucción social y moral, ¿qué tal si movilizamos estas dimensiones y actitudes? ¿Qué tal si te reconozco?
*Docente Universidad Católica de Pereira