La vieja Data
Autor: Jhon Wilmar Toro Zapata
- abril 26, 2024
Es común escuchar en algunos círculos sociales sobre” la vieja data“ o que alguien diga: es de “vieja data” lo cual evoca épocas que ha dejado huella en la historia donde se incluye, música, folclor, formas de vestir, de comunicarse, como también de valores que fueron decreciendo hasta ser invisibilizados por otra serie de
argumentos y costumbres que a juicio de muchos dejan poco que desear porque a través de ellos se denigra del ser humano y se acaba con el medio ambiente.
Que a una persona le digan de “vieja data” puede significar muchas cosas, admiración, orgullo, responsabilidad, honestidad, porque se le semeja a una práctica de personas que llevan consigo un deseo de conservar ciertas tradiciones que se consideran que no se deben dejar de lado, como a un tipo de las actuaciones pertinentes a las ocasiones que le convocan: reuniones sociales o de trabajo etc.
Qué tal si devolvemos ese pensamiento y lo hacemos visible y procuramos una apuesta para rescatar los valores, qué tal si devolvemos la idea de defender la palabra y la verdad por encima de las circunstancias, hablar con sinceridad, tratar al otro con respeto, tener admiración hacia alguien y podérselo decir, alegrarse con el triunfo de otros, tener la capacidad de felicitar, acompañar a alguien sin compromisos, gozar de la vida en los pequeños detalles, un buenos días, qué alegría verlo, te extrañamos.
“Vieja data” puede ser levantarse con ánimos a emprender un nuevo día y tener la capacidad de agradecer por el día que termina, vestirse y arreglarse para sentirse bien, no para que los otros opinen, dejar las preocupaciones y emprender la ocupación que trae cada mañana, disfrutar de un exquisito calor, como también de las lluvias, tomar una bebida con alguien y si no está, tener la valentía de hacerlo solo, contemplar un amanecer, abrazar a alguien, ver su equipo favorito jugar, practicar un deporte.
La invitación para las nuevas generaciones es recuperar las cosas pequeñas, los grandes momentos como una conversa con un conocido en un parque y saber que no hay juicios por lo que se comparte, vivir la vida desde la sencillez en medio del caos que nos convoca el mundo, poder silenciar el televisor de tanto terrorismo y
las comunicaciones digitales que poco aportan a su crecimiento y descubrir un tesoro en un libro que ansioso espera por ser encontrado, ver el mundo bajo otra mirada, la de la creatividad y felicidad. Es importante que sepas que esto que le propongo no da dinero, pero si tranquilidad, da la paz que todos deseamos, pero no
buscamos. Esta es una forma de empezar.
Esto sí sería una nueva “vieja data”.
*Docente Universidad Católica de Pereira