La verdadera Navidad
Autor: Padre Jhon Fredy Franco Delgado
- diciembre 8, 2017
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”.
“El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente”.
La anterior reflexión del Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelli Gaudium, recoge el espíritu de la Navidad y la actitud creyente ante este maravilloso tiempo.
El punto de partida es la certeza de lo que celebramos; la navidad eseminentemente una realidad espiritual. Nació como la celebración de un misterio de fe: El Nacimiento del hijo de Dios.
La inmensa alegría de sabernos salvados en Jesús. En Él, Dios asume nuestra condición humana, nuestra naturaleza, para hablarnos de Tu a tu, con claridad sobre sí mismo, sobre lo que nos conduce a Él, sobre lo que otorga la auténtica alegría al sediento corazón humano, lo que hace la vida más humana, lo que conduce a una paz firme y verdadera que asegura la convivencia humana y la sostenibilidad del planeta.
Hoy más que nunca y bajo el imperio del consumismo nos hemos dejado robar la esencia de este lindo tiempo, su espíritu creyente.
La navidad que empieza de manera anticipada desde el primero de noviembre o cuando el comercio lo decida, se ha convertido en sinónimo de superfluo folgorio, regalos y compras hasta con el dinero que no tenemos y los excesos en comidas y licores. Podríamos decir que es la celebración de una fiesta de cumpleaños sin invitar al homenajeado y lo anterior es el empobrecimiento de un tiempo lindo, que realmente está precedido por el Adviento que inició el 3 de diciembre e irá hasta el 24 cuando a la media noche con el nacimiento del Señor que partió la historia humana en dos empiezan las solemnes Fiestas de Navidad.
Vivámoslo con espíritu creyente. Que la humilde familia del pesebre bendiga tu hogar y lo haga escuela de amor, taller de perdón y nido de felicidad.
*Rector de la Universidad Católica de Pereira