EL CUIDADO DE LOS ANIMALES
Autor: Padre Diego Augusto Arcila Vélez
- julio 30, 2016
San Francisco de Asís en su canto a la naturaleza agradece a Dios por el hermano sol, la hermana luna y por los múltiples animales que “creados por Dios, deben ser motivo para cuidar y amar”.
De igual manera, el Papa Francisco en su Carta Encíclica “Laudato Si” aboga por la casa común y en ella por “los animales de toda especie que deben protegerse, conservarse y respetar también en su hábitat y modo de vida”.
Por fortuna la cultura de defender y proteger a nuestros animales cada vez más se acrecienta en la conciencia de todos los que habitamos el planeta. Existen asociaciones, ONG, casas y hasta -en lo que podría verse como un colmo-, clínicas, cementerios, peluquerías, guarderías y heladerías para llevarlos y disfrutar con ellos.
Respetar la especie animal se ha convertido en un imperativo casi obligatorio que invita a incluirlos y defenderlos en todas sus manifestaciones. Pereira no podía ser inferior a este propósito universal, moderno y justo, y es por eso que vemos – muchos, no todos- con plena satisfacción y como un adelanto de una ciudad emprendedora, respetuosa e incluyente, que el Alcalde Municipal haya prohibido –por lo menos en las calles de la
ciudad-, la tradicional cabalgata de las Fiestas de la Cosecha que viviremos el próximo mes de agosto.
Esta decisión por supuesto ha dividido a la opinión pública, como la mayoría de las veces sucede, pero quisiera resaltar el ánimo conciliador y altruista de la asociación Crines, que se dedica al fomento de esta práctica y modo de vida a través de los caballos, por saber acoger y acompañar esta decisión que redundará especialmente en beneficio de nuestros animales ecuestres.
Seguramente que se realizará -como ya lo están acordando-, en terrenos más naturales y menos fatigosos y maltratadores para los bellos caballos de paso y todas sus especies.
La casa común como ha llamado el Papa Francisco a nuestro planeta debe “asegurar que se produzca una mejora integral en la calidad de vida humana y esto implica analizar el espacio donde transcurre la existencia de las personas. Los escenarios que nos rodean influyen, en nuestro modo de ver la vida, de sentir y de actuar”.
Cuando este espacio es caótico y desordenado, como muchas veces lo hacen las cabalgatas, -no por los caballos, sino por los jinetes- esto nos desafía y nos lanza como lo hace la Administración Municipal a propiciar espacios más cálidos y más educados. ¡Aplausos!
*Rector Universidad Católica de Pereira