La respuesta ética, una necesidad impostergable

Citamos el título recordando un imponente texto que escribiera en 2005, el profesor emérito de la de la UPB de Medellín, Dr. Raúl López Upegui. Hoy nos referiremos a la necesaria y apremiante respuesta ética frente a los más importantes acontecimientos que estamos viviendo por estos días en nuestro país y en el mundo.

La premisa es simple, contundente y para nada ingenua: los grandes problemas mundiales y nacionales que estamos viviendo, son en el fondo problemas éticos y necesitan, ante todo, una respuesta ética.

No necesitamos navegar en las profundidades académicas y lingüísticas para comprender la preocupación fundamental de la ética. Tampoco necesitamos hacer la diferencia etimológica de la ética y la moral para comprender la premisa que queremos proponer.

Sin embargo y para los eruditos que dijesen que no podríamos acercarnos a dicha comprensión sin saber de lo que hablamos, aquí les va una píldora académica concentrada para continuar luego nuestra propuesta: Podríamos acordar que la ética tiene que ver con la posibilidad de comprender y justificar por qué pienso lo que pienso, digo lo que digo y hago lo que hago, por su parte la moral tendrá que ver con mi comportamiento ajustado a un sistema de costumbres en medio del cual he aceptado vivir mi vida. Y en términos más generales podríamos aceptar que el asunto central de la ética tiene que ver con el bien y con lo bueno para cada uno y para todos.

Así las cosas, pensemos por ejemplo en el aumento de los robos en sitio público, el aumento de la tasa de suicidios en jóvenes y adolescentes, el triste avance de la implementación de los acuerdos de Paz de La Habana, el creciente asesinato de los líderes sociales, la escandalosa y vergonzante corrupción de líderes políticos, jueces y oficiales de
nuestras fuerzas armadas, la dictadura del actual gobierno venezolano con todas y cada una de las subsecuentes atrocidades e injusticias contra los más desprotegidos, el evidente manejo geopolítico de las grandes potencias del mundo actual (USA y Rusia) sobre los países en vía de desarrollo (Venezuela por ejemplo), por citar una que otra de las grandes dificultades por las que estamos pasado en estos tiempos.

Ahora estamos listos para lazar la pregunta que quiere apuntalar la premisa propuesta: ¿acaso se nos ha olvidado la importancia del bien y lo bueno para todos y cada uno de nosotros?, ¿acaso estamos creyendo que el bien y lo bueno aplica solo para mí?, ¿acaso seremos tan ingenuos?

P.D. No traslades las preguntas a los otros.

*Profesor de la Universidad Católica de Pereira