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2025

Entre el sistema y el aula: los retos de la integralidad del docente.

Autor: Ana Sofia Gaviria Cano. abril 4, 2025 La integralidad del docente se ha venido entendiendo como un conjunto de cualidades individuales personales, sociales y académicas que tienen aquellos profesionales que han decidido como opción vocacional y laboral la docencia. Esta comprensión errónea de la integralidad del docente lo sitúan en una encrucijada sobre lo que debe ser su rol para atender a las demandas del sistema, las lógicas institucionales y las diversidades del aula. Continuar con una alta expectativa enfocada en un solo actor conduce a sacrificar el bienestar del docente y la calidad educativa, problemática que no solo se queda en la escuela, sino que trasciende a toda la sociedad. En ese sentido, es necesario reposicionar el foco de atención y comprender la corresponsabilidad que tienen todos los actores del sistema educativo, lo cual implica poner sobre la mesa retos en diferentes niveles:      1. Equilibrar la labor pedagógica y didáctica del docente en el aula con las normativas del sistema. Esto                implica la flexibilización del sistema ante las innovaciones pedagógicas de los docentes de cara a sus realidades        que se sustentan en los saberes, la experiencia y el conocimiento del contexto.      2. Generar un sistema claro, permanente y eficiente de actualización del docente. Las múltiples demandas         sociales, genera que se contemplen habilidades que van más allá de su capacidad para enseñar, reclamando un     rol como gestores emocionales, de recursos y agentes de cambio. Esto implica por parte del sistema ofrecer               espacios de reflexión, asesoramiento y formación que permitan la comprensión y atención a las complejidades         que supone el entorno contemporáneo.      3. Brindar apoyo real y promover la salud y el bienestar docente desde las instituciones educativas. Las                directivas de las instituciones educativas deben generar estrategias para potenciar y respaldar el docente en su     desarrollo personal y profesional, contribuyendo con un clima laboral dignificante, motivador y de compromiso       con su labor y su institución.      4. Compromiso familiar y comunitario en el acompañamiento de los estudiantes. La formación es un                       proceso que no se agota en la escuela y que desde casa y comunidad se puede aportar en el bienestar y                         desarrollo de los estudiantes en múltiples esferas que se verán reflejadas en el aula y en otros ambientes en los         que se desenvuelve el aprendiz, respaldando así la labor docente.      5. El docente. Asumir su rol con interés y compromiso por la formación propia y la de sus estudiantes. Deben             reconocer y valorar la función humanizadora y transformadora del docente. Es momento de darle el sentido genuino a la integralidad del docente y de actuar en consecuencia con este para lograr la educación que soñamos y necesitamos en Colombia. *Docente Universidad Católica de Pereira

Mercaderes de pasiones, odio y contiendas electorales

Autor: John James Gómez Gallego marzo 28, 2025 En 1915, Freud advertía acerca de su desilusión pues, a pesar de los grandes avances civilizatorios, “extranjero” y “enemigo” seguían confundiéndose en un solo concepto. Han pasado 110 años y la desilusión no cesa. Aclaro que el concepto de “extranjero” no debe reducirse aquí a la diferencia establecida a partir de sentimientos patrióticos o nacionalistas. Para cada uno los demás también cuentan como extranjeros, en especial cuando no comparten nuestras creencias, ideales y modos de ver la vida. Si bien es cierto que la sociedad parece hoy más tolerante con la diferencia y la singularidad, hay algo que resiste ante ello y puja por retornar, con mayor fuerza, a través de voces que invocan la maldad supuesta a los otros como un importante signo de valor en el mercado de las pasiones, en cuyo seno el odio existe como un capital privilegiado. Sirviéndose de ese capital, diversos grupos y partidos políticos compiten en las contiendas electorales. Y, si algo nos ha mostrado la historia reciente, es que el odio como capital político, cuyo auge crece exponencialmente en la era digital, capta más votos que la calidad de los programas de gobierno o los debates racionalmente orientados sobre problemáticas cruciales que, en principio, deberían ocupar el centro del interés de los ciudadanos. En esa “bolsa de valores” pasionales se compran y venden acciones a diestra y siniestra. Y cuanto mejor definida esté “la marca” del extranjero que debe ser tomado como enemigo, y más se degrade su imagen, más en alza estará el valor de “la marca” promovida por quienes, sirviéndose del odio como capital, harán todo lo que esté a su alcance para triunfar en las urnas. Se trata, entonces, de un sofisticado régimen de significación. En esa hoguera de pasiones, al parecer, no hay quien se salve. La mayoría han sucumbido ante lo seductor del odio como capital. De extremo a extremo, pasando por el centro, cualquier atisbo de una ética responsable en el ejercicio de la política es triturado por las fauces de los mercaderes de pasiones. Se avecinan tiempos de campañas electorales y con ellas una prolífica cosecha de especialistas en la autogestión del yo que caminarán condescendientes por los barrios más pobres, vendiéndose a sí mismos como salvadores de los “desvalidos” y, al mismo tiempo, como “víctimas” de aquellos otros, extranjeros, que encarnan al “enemigo” a tomar como objeto de odio. Así las cosas, mejor estar advertidos, pues, aunque soldado avisado sí muere en guerra, solo nos queda esforzarnos para no terminar convertidos, una y otra vez, en moneda de cambio en el ominoso mercado de las pasiones. *Docente Universidad Católica de Pereira

¡Un Buen Cristiano es un Buen Ciudadano!

Autor: Ángela Patricia Cadavid Vélez marzo 21, 2025 En un mundo donde la violencia persiste, las desigualdades socioeconómicas se acentúan y la polarización política fractura el tejido social, la afirmación de que «un buen cristiano es un buen ciudadano» resuena con urgencia. Esta premisa, lejos de ser una simple declaración de intenciones piadosas, nos confronta con un desafío: vivir coherentemente nuestra fe y asumir un compromiso con la construcción de una sociedad más justa y pacífica para todos. La violencia parece haberse normalizado. América Latina se destaca como una de las regiones más violentas del planeta. A nivel global, los conflictos armados han forzado el desplazamiento de personas, sumiéndolas en la miseria, exclusión y desesperanza. ¿Cómo debemos responder los cristianos ante este llamado a ser agentes de cambio y constructores de paz? ¿De qué manera podemos concretar nuestra fe cristiana en acciones tangibles que contribuyan a transformar esta realidad? El cristianismo enseña que el amor al prójimo no es solo un ideal espiritual distante, sino una responsabilidad concreta que exige compromiso. Ser un buen cristiano implica actuar con justicia, solidaridad y compasión, extendiendo una mano amiga a los marginados y alzando nuestra voz en defensa de los vulnerables. Esto se traduce en abogar por políticas públicas que promuevan el bien común, erradicar las causas estructurales de la violencia y fomentar el diálogo en lugar del enfrentamiento. Ser un buen ciudadano trasciende el mero cumplimiento de las normas; implica participar en la vida cívica y política para transformar nuestro entorno. Los cristianos estamos llamados a ser agentes de cambio, capaces de construir puentes donde otros levantan muros y promover una cultura de paz en medio de un mundo fracturado por la intolerancia. La verdadera fe no debe permanecer encerrada entre los muros de los templos o circunscrita a prácticas individuales. Debe manifestarse en acciones concretas que reflejen los valores del Evangelio: justicia, misericordia y amor incondicional. En tiempos difíciles, ser un buen cristiano significa comprometerse con la promoción de la paz desde el hogar hasta las instituciones. Al final del día, nuestra fe se mide no tanto por nuestras creencias, sino por el impacto que generamos. La invitación queda abierta para reflexionar sobre nuestro papel como creyentes y ciudadanos en la tarea de construir una sociedad más humana y solidaria. Un buen cristiano no puede ser indiferente. La paz comienza dentro de cada uno de nosotros y se irradia hacia todo lo que hacemos en beneficio de nuestros semejantes, construyendo un mundo donde florezca la justicia y la paz para todos. ¿Cómo vives tu fe cristiana en este mundo necesitado de esperanza? ¿Qué acciones realizas para ser promotor de paz? *Docente Universidad Católica de Pereira

La salud mental del cuidador primario: una corresponsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado.

Autor: María Claudia Martínez Arboleda marzo 14, 2025 La salud mental de los cuidadores primarios es un aspecto que a menudo se pasa por alto. En Colombia, como en muchos otros países, los familiares que cuidan a personas con discapacidades o trastornos neurológicos enfrentan un desafío con requerimientos a nivel físico, emocional y psicológico en ocasiones desbordantes y de grave afectación al bienestar y calidad de vida del cuidador.  Las alteraciones neurológicas en el desarrollo, como el autismo, el síndrome de Down, la parálisis cerebral y otros trastornos, requieren atención continua, no solo física sino también emocional, además de la gestión de comportamientos complejos. Este esfuerzo constante ubica a los cuidadores en una situación de estrés elevado y de riesgo potencial a su estabilidad y salud mental.  Al respecto, uno de los problemas más comunes es la sobrecarga emocional. Los cuidadores frecuentemente experimentan síntomas relacionados con percepción de agotamiento, ansiedad, depresión y aislamiento. La falta de tiempo personal, la presión por cumplir con las exigencias del cuidado y la incertidumbre sobre el futuro de la persona que cuidan, generan una carga emocional significativa. Esta sobrecarga no solo afecta la salud mental del cuidador, sino también su capacidad para ofrecer una atención adecuada, amorosa y de calidad humana a la persona a su cargo. De allí la importancia del apoyo emocional y de la psicoeducación dirigida a los cuidadores primarios. La formación en técnicas de manejo de estrés y autocuidado resultan esenciales; así como el aprendizaje en torno a la identificación de señales de agotamiento y su respectiva gestión mediante terapias, grupos de apoyo o programas comunitarios en perspectiva del debido procesamiento de sus emociones y pensamientos, de la posible reducción de la ansiedad y del fortalecimiento de su resiliencia. Además, es fundamental que los servicios de salud y las políticas públicas reconozcan la necesidad de atender la salud mental del cuidador. En muchos casos, los programas de atención a personas con alteraciones neurológicas no incluyen el apoyo directo al cuidador, lo que agrava aún más la situación. Es necesario ofrecer recursos accesibles y adecuados para que los cuidadores primarios puedan recibir la ayuda que necesitan y merecen. En conclusión, la salud mental del cuidador es esencial para asegurar una atención adecuada a las personas con alteraciones neurológicas en el desarrollo. La sociedad y el sistema de salud deben reconocer la importancia de este aspecto y brindar las herramientas necesarias para apoyar a quienes, con tanto esfuerzo, cuidan a sus seres queridos. Cuidar al cuidador beneficia tanto su bienestar como el de la persona que depende de su atención. *Docente Universidad Católica de Pereira.

Reflexiones para un futuro consciente: Aprendiendo del pasado y preparándonos para el mañana

Autor: Jorge Enrique Herrera Arroyave marzo 7, 2025 Nuestra región está marcada por una historia rica y vibrante, construida por las manos y sueños de quienes nos precedieron. Ellos no solo forjaron caminos y ciudades, sino también valores y legados que continúan dándonos identidad. Recordar sus esfuerzos y sacrificios no es solo un acto de gratitud, sino una brújula que guía nuestra conciencia colectiva. ¿Cómo podemos construir un futuro sólido si ignoramos las raíces que nos sostienen? Cada generación hereda no solo tierras y edificaciones, sino también sueños y lecciones de vida. Estos legados nos enseñan el valor del esfuerzo, la importancia de la comunidad y la relevancia de proteger lo que hemos recibido. No se trata solo de mirar al pasado con nostalgia, sino de aprender de él para enfrentar con sabiduría los desafíos del presente. A menudo, la búsqueda insaciable de lo que no poseemos nos ciega ante la riqueza que ya tenemos: nuestra tierra, nuestra cultura y nuestra comunidad. Debemos aprender a proteger y preservar lo que hemos heredado, reconociendo que el progreso no siempre significa abandonar lo que somos, sino fortalecerlo. En un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa, con nuevas tecnologías que redefinen nuestras formas de vivir y trabajar, es fundamental mantenernos despiertos y alertas. La economía y sociedad están mutando, y no podemos darnos el lujo de quedarnos inmóviles. La comodidad puede ser un refugio peligroso cuando el cambio es la única constante. Nos enfrentamos a un futuro desafiante, en el que la adaptación y la preparación serán esenciales. Las nuevas tendencias tecnológicas no solo transforman las industrias, sino también las formas de pensamiento y de interacción humana. Ante esto, debemos preguntarnos: ¿estamos listos para afrontar estos cambios? ¿Estamos preparando a nuestras futuras generaciones para navegar en un mundo cada vez más complejo y globalizado? Es imperativo que tomemos decisiones responsables, basadas en el respeto por nuestro país, por la naturaleza y por nuestra economía. Cada elección que hagamos debe estar alineada con la construcción de un entorno más justo y sostenible. No podemos permitirnos avanzar sin conciencia ni dirección. Debemos estar dispuestos a reinventarnos sin perder nuestra esencia. El desafío no es solo adaptarnos a los cambios, sino también ayudar a otros a entenderlos. La responsabilidad recae en cada uno de nosotros, no solo como individuos, sino como comunidad. Debemos promover un diálogo que impulse el crecimiento colectivo y que inspire a las nuevas generaciones a ser agentes de cambio. Construir un mejor país requiere esfuerzo, unión y una visión compartida del futuro. Aprendamos del pasado, apreciemos el presente y preparemos el camino para un mañana más consciente y próspero.  *Docente Universidad Católica de Pereira

Entre ansiedades, la IA y otros demonios….

En una época de tendencia de IA, muchos investigadores hacen propuestas novedosas usando la IA con el propósito de abordar una gama amplia de problemas y ofrecer soluciones innovadoras en diversos campos como realizar predicciones basadas en datos, técnicas que permitan a las máquinas comprender e interactuar con el lenguaje humano, comprender la información visual del mundo, emular el funcionamiento del cerebro, en fin un sinnúmero de propuestas para entender el mundo y mejorarlo, con el objetivo en casi todos los casos de optimizar recursos de tiempo y humanos.

Un homenaje a Lise Meitner

El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha establecida el 22 de diciembre de 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el objetivo de promover mejores prácticas y estrategias que garanticen el acceso y la participación plenos y equitativos en la ciencia para mujeres y niñas.

El decalustro de La Católica, una historia de satisfacciones

Calidad, compromiso, servicio, dignidad humana, fraternidad, ética y verdad, no son solo los valores institucionales de la Universidad Católica de Pereira, son, la Universidad en sí misma, la esencia, el día a día, la impronta, el sello, el ADN, que esta Institución ha llevado a la práctica por 50 años.

Felices 50 años, Universidad Católica de Pereira

El 14 de febrero, una de las instituciones más emblemáticas de la región celebrará medio siglo, y lo hará con una serie de eventos que incluye el lanzamiento de un libro que narra momentos majestuosos de su vida, desafíos y dificultades, como pasa en toda familia.

La educación emprendedora: ¿Estamos formando a los futuros empresarios?

En el contexto de la educación colombiana, existe un marco legal que promueve la cultura del emprendimiento. La Ley 1014 de 2006 de fomento a la cultura del emprendimiento y la Ley de Emprendimiento 2069 de 2020 fomentan en los jóvenes un espíritu emprendedor que merece reconocimiento. Las instituciones educativas han implementado programas orientados a la creación de empresas, lo que nos invita a reflexionar sobre si realmente estamos formando a los empresarios que el país necesita.

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