Sobre el sujeto universitario
Autor: Angélica García Zapata.
- agosto 26, 2022
Durante este mes, la mayoría de las universidades se encuentran en proceso de recibir estudiantes nuevos en primer semestre. Esta realidad le compete a las instituciones públicas y privadas, así como a las diferentes áreas del conocimiento tanto en el campo de las ciencias naturales como de las ciencias sociales. Frente a este asunto, además de la responsabilidad social universitaria, vale la pena preguntarse: ¿Quién es el estudiante universitario de hoy? ¿Cuáles son las expectativas de los nuevos universitarios? ¿Cuál es el sentido que tiene el ingreso a la vida universitaria?
En primer lugar, es necesario reconocer particularidades de los jóvenes universitarios actualmente, los cuáles viven una realidad que se caracteriza por los siguientes aspectos: un mundo globalizado e interconectado en el cual es posible la relación con otros superando los límites de las fronteras físicas; la posibilidad de tener una formación académica que combine la presencialidad con la virtualidad, y estar en un momento que podría denominarse “postpandemia”, el cual ha exigido adaptarse a nuevas realidades , y resignificar lo que implicó estar asilado y terminar el bachillerato de manera virtual.
En este sentido, la universidad es concebida como el escenario por excelencia que favorece la preparación para el mundo laboral y competitivo. Sin embargo, el ingreso a la universidad por parte de los nuevos jóvenes universitarios está acompañado por otras expectativas más básicas y humanas: el deseo de socializar con otros, la curiosidad frente a nuevas experiencias académicas y humanas, el interés por conocer el mundo y la cultura; además del miedo frente a la incertidumbre, la anhelada independencia, y la pregunta sobre las capacidades y habilidades que exigen la vida académica universitaria.
Frente a esto, no es suficiente el acompañamiento en términos de estrategias de estudio y adaptación a la vida universitaria, sino que se hace fundamental en estem proceso el apoyo social por parte de familiares y amigos, los lazos de amistad fuertes y solidarios, una actitud de escucha y comprensión, así como el fortalecimiento de la gestión de las emociones, a través de una educación emocional y humana.
• Docente Universidad Católica de Pereira