Sobre datos de empleo: buenas cifras, pero con reflexiones necesarias

El DANE anunció que en julio la tasa de desocupación en Colombia fue del 8,8%, un dato que se presenta como positivo frente al año pasado para este mismo mes (9,9%) y que a simple vista muestra una mejora en el mercado laboral, sin embargo al revisar con detalle las cifras, éstas tienen matices que no se pueden pasar por alto. Según el informe, más personas tienen trabajo, sobre todo en sectores como hotelería, restaurantes, transporte, construcción y otros servicios. Estas actividades suelen tener poca agregación de valor, son empleos de baja estabilidad, con salarios modestos y que pueden ser fácilmente reemplazables. Lo anterior sustenta por qué según posición ocupacional, obrero, trabajador por cuenta propia, jornalero y empleado doméstico son las posiciones que más aportan positivamente a la variación de ocupados, lo que demuestra que aunque baja el desempleo, la calidad de muchos trabajos sigue siendo débil e informal, situación igualmente presente en Pereira. En el trimestre mayo-julio, el desempleo en el Área Metropolitana de Pereira fue de 9,0%, lo cual evidencia que si bien estamos en el promedio urbano, nos encontramos lejos de sentirnos cómodos. Además, no se puede olvidar que cuando menos gente busca trabajo las cifras de desempleo bajan así la realidad no haya mejorado, es decir, una tasa más baja no siempre significa más oportunidades de ocupación o de reducción significativa del desempleo. Otro punto es la composición del empleo, aumentaron los asalariados del sector privado, lo cual es positivo, pero el trabajo por cuenta propia sigue representando más del 40% del total. En la práctica, eso se traduce en muchos empleos inestables, sin seguridad social ni ingresos fijos. Al mismo tiempo, se redujo el número de empleadores, lo que frena la creación de empresas que puedan ofrecer puestos formales y mejor remunerados. También preocupa que más personas hayan pasado a la categoría de “otros inactivos”: pensionados, rentistas o personas que dejaron de buscar empleo.

Comparado con 2019, antes de la pandemia, el desempleo es más bajo, pero la tasa de ocupación apenas se mantiene igual, eso nos dice que la mejora es parcial, hay menos desocupados, sí, pero no hay una expansión fuerte en el número de ocupados y al reducirse el total de empleadores también se fomenta

una economía de la informalidad, una economía del “rebusque”. Los datos son una señal positiva, pero no definitiva. Pereira y en particular las personas no pueden conformarse con promedios o lecturas generales, se necesita comprender mejor el fenómeno del empleo para encontrar estrategias que permitan brindar condiciones laborales más estables, más productivas y con mejores ingresos. Solo así los buenos titulares se convertirán en progreso real.