EPIFANÍA DEL SEÑOR
Autor: Iván Buitrago Márquez
- enero 6, 2023
Según el calendario litúrgico el domingo 8 de enero, la tradición latina de la Iglesia Católica celebra la solemnidad de la Epifanía del Señor, pero ¿qué significado tiene esta importante celebración? Para aproximarnos a su significado es necesario hacer referencia al sustantivo griego epiphaneia (aparición) proveniente del verbo
epiphanio (mostrarse). Así las cosas, la Epifanía es la manifestación del Señor a todos los hombres. San Pablo se refiere a la gracia recibida del Señor “esta gracia se ha hecho patente ahora con la manifestación de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por medio del Evangelio”, (2 Tim 1, 10).
La Epifanía según la liturgia del Misal Romano celebra la venida de los magos “Jesús nació en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes. Unos magos que venían de oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Es que vimos una estrella en el Oriente y hemos venido a adorarlo”, (Mt 2, 1-3). El concepto de magos no es el mismo que actualmente enconocemos, esta palabra hacía referencia a personas estudiosas de la astronomía que seguían las estrellas en busca de la verdad, al percatarse de un nuevo astro le
siguieron y lo interpretaron como el acontecimiento del nacimiento de un rey.
Así lo manifiesta la profecía de Isaías 60, 6 “Un sinfín de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos vienen de Sabá trayendo oro e incienso y pregonando alabanzas a Yahvé”. Para esta solemnidad el prefacio en la liturgia describe: “porque hoy has revelado en Cristo, para luz de los pueblos, el verdadero
misterio de nuestra salvación; y al manifestarse Cristo en nuestra carne mortal nos renovaste con la gloria de su inmortalidad.” (Misal Romano, 96).
La manifestación se hace posible porque un Dios hecho hombre por su inmenso amor no tiene exclusividades y con la venida de los magos incluye a todo hombre y mujer de todos los tiempos y de todos los lugares del mundo.
Esta fecha no solo se debe apreciar como simples espectadores de un acontecimiento, sino que desde la fe la invitación es a interiorizar en primer lugar el gesto de un Dios que por medio de su Hijo se muestra a la humanidad para reconstruir ese proyecto original en cada uno de los hombres y que por el libre albedrio quizás ha tomado otro rumbo, en segundo lugar es importante aprender a dejarnos guiar por la luz de Jesús y en tercer lugar seguir el ejemplo de aquellos magos que no se acercaron a pedir sino a ofrecer, a dar y a adorar.
*Docente Universidad Católica de Pereira