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Alicia a través del espejo: La autocrítica como antídoto contra la apatíaescolar

Autor: Diana Patricia Cifuentes Santanilla

He sido docente por varios años, recientemente he notado con preocupación y no menos frustración como la apatía con respecto a los procesos de aprendizaje en mis estudiantes más jóvenes va tomando cada vez mayor protagonismo en la cotidianidad.

Escuchando relatos que se convirtieron en un deja vu, tras haber hecho catarsis al calor de unas tazas de café con otros compañeros quise indagar más al respecto, encontrándome con no pocos estudios latinoamericanos sobre este fenómeno social. La pregunta obvia que vino a mi cabeza fue ¿Qué está generando los niveles de apatía que he logrado evidenciar en mis estudiantes y cómo solucionarlo?

Para el autor Consentino la apatía “es el resultado de la sensación individual de no poseer el nivel de conocimientos necesarios para afrontar un reto, o bien de no percibir desafíos.” Tal afirmación va en consonancia con el desinterés generalizado como el causante de problemas para elaborar un proyecto de vida personal a futuro, así como de la molesta sensación de vivir en un presente azaroso, continuo y repetitivo reportado por los jóvenes.

En la actualidad el esfuerzo ha caído en descrédito para dar lugar al facilismo, la carencia de límites sociales, un incorrecto control de la conducta de los individuos, originados en la raíz del tejido social, es decir, la familia y el sistema educativo sumado al bombardeo constante con mensajes que promueven el consumismo, el
individualismo, la mediocridad y el control externo de la conducta ha causado que los individuos se tornen juguetes de su destino y no regentes del mismo; prueba de ello es que los estudiantes se muestran reacios a jugar un rol protagónico en su proceso de formación y esperan ser motivados por sus padres o por sus docentes.

Podemos citar también la carencia de información de los jóvenes, lo que les impide adquirir y acumular conocimientos. Los medios y las redes sociales brindan una baja calidad de contenidos que no dan pie al pensamiento crítico ni al diálogo argumentativo que incrementan la discusión interpersonal y el crecimiento personal.

Dado que no podemos cambiar la realidad, se plantea el autoaprendizaje para fomentar el interés. Dentro de las actitudes que aporta el autoaprendizaje la joya de la corona es: la autocrítica. Deseo enfatizar la importancia de la autocrítica pues es mediante ella que logramos sabernos y reconocernos como producto de factores y
relaciones pasadas más no bajo la influencia indefinida de tales circunstancias a lo largo de nuestra vida, responsabilizándonos de nuestras acciones y convirtiéndonos en evaluadores objetivos de lo que nos rodea. Eso es crecer aprendiendo.

* Docente Universidad Católica de Pereira

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